Ahora bien, todos sabemos que el Diario Familiar llama a la reflexión, así que me gustaría abordar un tema que jamás tratamos, y que en este momento ocupa un importante lugar en mi vida. Me refiero, claro está, a la odontología. Hace unos días me salió una muela de juicio en el lugar más recóndito de la mandíbula, y ahora siento todo el tiempo que estoy por parir un hijo por la boca. Es impresionante, antes de que salga una muela de juicio uno mira su dentadura pensando que cada muela está en su lugar, hasta que llega una más, que es enorme, y que no se da cuenta de que no hay más lugar, no hay. Sin embargo se empeña en salir, te rompe las encías te lastima los cachetes, te hace gastar plata y hasta que no la sacás no deja de joder. Evidentemente es una creación de Enzo.
Mis dientes nunca fueron un ejemplo a seguir: valga de ejemplo el tratamiento de conducto que una vez me hice a través de la obra social. Primero me atendió una odontóloga más fea que la esposa de Stravinsky, me vació tres cargadores de anestesia, me taladraró un buraco como para encontrar chinos, me hizo acupuntura en los nervios, y me rellenó el agujero con papel picado diciendo que era pasta provisoria. Y no solo eso, después me miró con cara de banana y me dijo:
- Pibe, ahora tenés que hacerte la corona y el perno.
- ¿Qué perno? - Pregunté inocentemente
- ¡¡¡¡AGACHÁTE QUE TE EMPERNOOOO!!!!
Así que el travesti me enrolló la manguera del taladro en el cuello para que no me moviera y me violó larga y salvajemente. Mientras me desenrollaba la manguera me comentó que la obra social no me cubría la operación que me tenía que hacer, y salía como $600.
- ¿Qué operac... ¡NO! - y me tapé la boca.
- La que te envuelve, bombón.... - Me dijo guiñándome el ojo.
A veces es bueno saber que la gente tiene sentimientos, así que lo perdoné y la volví a llamar Gladys en vez de Gladiolo como en realidad se llamaba. La cuestión es que terminé con el tratamiento de conducto sin terminar y a los meses me partí la muela por la mitad comiendo un sánguche de milanesa viejo. Así terminan todos los grandes: Mozart murió en una fosa común; Oscar Wilde murió haciendo trabajos forzados; a Nobuo lo van a meter en el Toro.
Tengo otra muela de juicio que es un ejemplo de cómo están las cosas en nuestro país. Salió cruzada, me abrió un tajo en el cachete, no podía abrir la boca. Un día me puse en pedo con vodka, así que el alcohol me terminó de desinfectar lo que los antibióticos venían haciendo de a poco. A los pocos días el tajo dejó de ser una herida para pasar oficialmente a formar parte de mi fisionomía bucal, y en definitiva me terminé acostumbrando. Así son las cosas.
Además tengo todas las muelas restantes con arreglos, es como un cartón lleno de Bingo. Son bocaditos de hueso esmaltado con relleno sabor a plomo de ortodoncia. Yo espero de usted, querido lector, que seguramente adolece alguna de las patologías anteriormente mencionadas, que no se deje llevar por las corrientes tergiversantes que distorsionan la opinión pública. Debe saber cosas muy elementales tales como:
- La dentadura es una herramienta digestiva, así como lo es el hígado o el ano. ¿Usted se cepilla el ano para mostrarlo con una sonrisa de nalgas? , bueno, así se siente su dentadura cuando usted la cepilla... .... No, bueno, no era el punto, olvídese de eso, voy a tratar de reformularlo.
- ¿Sabe usted para qué sirven sus dientes? Para comer, claro. ¡Y para nada más! Si comprendiésemos la funcionalidad de nuestro cuerpo, caeríamos en la cuenta de que no hay nada que ostentar. Mírese al espejo y dígame, ¿cuánto pagaría por algo así?. Usted no vale nada. Bueno, no, va de vuelta.
- El Ratón Juan Carlos Perez invierte en sus dientes. Después los revende en el mercado de órganos, porque hay personas que quieren por ejemplo adoptar un nene negro, pelirrojo, con dientes amarillentos y dos paletas bien grandes, así lo cargan en el colegio. Como no existe un bebé así, lo mandan a hacer: hay cirujanos callejeros (llamados cirujas) que arman a pedido, pero para eso necesitan las partes. Imagínese que cada vez que él le compra a usted un diente por $2, no solo lo revende a un precio mucho más alto, sino que muy probablemente pase a formar parte de la dentadura de su hijo en el futuro. Mírese en el espejo: lo están cagando. Toda su vida lo estuvieron cagando. En una de esas los dientes fantásticos que usted tiene ya son de segunda, o de tercera mano. Por esa misma causa tiene el pito corto.
Me despido con la frase de Fabio Alberti: "La amistad se cuida, y evoluciona. En ese sentido un amigo vendría a ser lo más parecido a un pokemón".
La Vieja
1 comentario:
Tengo una sola cosa para decir: a Nobuo no lo va a meter dentro de El Toro, sino que al revés; a El Toro lo van a meter dentro de Nobuo, para que arda dentro de ese cuerpo lleno de composiciones gloriosas y de las EXCELENTES versiones midis de las mismas.
Saludos a quiénes componen La Loza :-)
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